Cuando hablamos de tratar aguas, las sustancias químicas para el tratamiento de aguas desempeñan un papel esencial. Gracias a ellos, es posible eliminar impurezas, ajustar parámetros y garantizar la calidad del agua tratada, tanto si se destina a consumo, a procesos industriales o a la reutilización interna en planta.

La elección de cada sustancia depende de la naturaleza del agua y de variables como el pH, la alcalinidad, la dureza o la concentración de sólidos. Un análisis previo permite determinar el tipo de tratamiento necesario y la combinación óptima de productos para mantener los equipos en perfecto estado de funcionamiento.

Tipos de sustancias químicas para el tratamiento de aguas

En función de la etapa del proceso y de la naturaleza del agua, se utilizan distintas familias de productos, cada una con un papel específico dentro del sistema:

  • Productos para el tratamiento de calderas formulados con antiincrustantes, dispersantes y aditivos anticorrosivos que mantienen equilibrado el pH y evitan la acumulación de sales y óxidos metálicos. Son esenciales para alargar la vida útil de los equipos térmicos y reducir el consumo energético.

  • Productos de deshidratación de lodos se emplean en las etapas finales del proceso. Esto permite separar el agua del fango mediante agentes coagulantes o polímeros, reduciendo el volumen de residuos y facilitando la gestión de los mismos.

  • Los floculantes actúan uniendo los sólidos suspendidos y formando una aglomeración de partículas que pueden eliminarse fácilmente. Su acción acelera la clarificación del agua y mejora la eficacia de las fases posteriores de filtración.

  • Coagulantes. Sales metálicas que reaccionan ante la alcalinidad del agua y neutralizan las cargas eléctricas de las partículas, iniciando el proceso de potabilización.

  • Los antiespumantes controlan la formación de espuma durante los procesos industriales, garantizando una operación eficiente, de calidad y seguridad en los procesos.

  • Antiincrustantes. Evitan la precipitación de sales minerales en conducciones, depósitos o intercambiadores, preservando el caudal y la integridad del sistema.

  • Biocidas. Eliminan microorganismos nocivos y bacterias que podrían alterar la calidad del agua o comprometer la seguridad de los procesos.

Una estrategia que completa el tratamiento

La eficacia del tratamiento químico no depende solo del producto, sino también de su correcta integración dentro de un plan global de tratamiento de aguas industriales. Un sistema bien diseñado combina tratamientos físicos, químicos y biológicos en equilibrio, garantizando tanto la calidad del agua como la durabilidad de los equipos.

Además, una dosificación precisa y un control periódico de las instalaciones tiene varias ventajas: permiten optimizar el consumo de productos químicos, reducir los vertidos y mantener la instalación en parámetros de máxima eficiencia.

Por eso, además de suministrar sustancias químicas para el tratamiento de aguas, Aqua Química hace mucho más. Asesora, supervisa y ajusta las formulaciones en función de las necesidades del cliente y de las variaciones en la composición del agua. Póngase en contacto con nosotros para saber cómo ponemos ayudarle y mejorar su tratamiento de aguas.