El agua es el componente esencial para la vida y para nuestra supervivencia lo es el agua dulce. Sin agua, no existiríamos ni nosotros ni casi ninguna forma de vida en el planeta. Sin embargo, aunque vemos agua por todas partes, la realidad es que la mayor parte no es apta para el consumo humano, de ahí la importancia de ser eficientes en la gestión de agua y evitar su desperdicio.

A menudo creemos que hay agua suficiente para siempre, pero eso no es cierto.

Mucha agua, pero poca útil

El 70% de la superficie del planeta está cubierta por agua. Pero el 97% es agua salada, que se encuentra en mares y océanos. Solo el 3% es agua dulce, y de esa, menos del 1% está disponible en forma líquida para beber, cultivar o usar en procesos industriales. El resto está atrapado en hielo o glaciares.

Una disponibilidad cada vez menor

Actualmente, se estima que el mundo dispone de unos 12.500 a 14.000 millones de metros cúbicos de agua dulce al año. Eso equivale a unos 9.000 metros cúbicos por persona, pero en su mayoría se utiliza en agricultura e industria.

Y la situación va a peor: para el año 2025, la disponibilidad per cápita caerá a solo 5.100 metros cúbicos por persona, ya que la población mundial seguirá creciendo. Menos agua, más gente.

Recordemos el informe de AEOPAS sobre la situación de sequía en España del año 2024.

Consecuencias reales de la escasez de agua

Según datos de Naciones Unidas:

  • 1.100 millones de personas ya viven sin acceso a agua potable.
  • La mitad de la población en países en desarrollo sufre enfermedades relacionadas con el agua contaminada.
  • Para 2025, el 40% de la población mundial vivirá en regiones con escasez hídrica.
  • En menos de dos décadas, casi la mitad del planeta podría enfrentar una grave crisis de agua, provocando tensiones, conflictos y migraciones.
Agua dulce

¿Qué podemos hacer?

Aunque la situación es crítica, todavía estamos a tiempo de actuar. La clave está en hacer un uso responsable y eficiente del agua, tanto en casa como en la industria.

En Aquaquímica trabajamos cada día para que el agua utilizada en procesos industriales sea tratada correctamente, se recupere cuando es posible, y no se contamine innecesariamente.

Con tecnologías adecuadas de tratamiento y depuración, ayudamos a que el agua pueda reutilizarse o devolverse al entorno en condiciones seguras.